Por: Giress Guerra
Antes de empezar el
artículo me gustaría recordar este versículo bíblico de Hebreos 11:1
Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
En nuestra vida la fe
es imprescindible si queremos caminar junto a Dios. Por eso, su pérdida es una
cuestión muy seria, la cual sólo puede resultar en un distanciamiento casi
definitivo de su Presencia .Una situación así debe ser tenida muy en cuenta.
Pues en 2019 Marty
Sampson publicó en Instagram un comunicado donde expresaba:
‘’Es hora de hablar de
verdad…Realmente estoy perdiendo mi fe y no me molesta. Como, lo que me molesta
ahora es nada. Estoy tan feliz ahora, tan en paz con el mundo. Es una locura.”
Además expresaba estar
en búsqueda de la “verdad genuina” y que cree que el cristianismo es solo otra
religión. Aunque más adelante aclaró que no renunciaba a su fe, sino que estaba
en un terreno inestable.
Para los que no lo
conocen, Sampson es un renombrado escritor de música de adoración, reconocido
por su trabajo con Hillsong, uno de los ministerios cristianos más grandes e
influyentes del mundo, y autor de numerosos canciones de este estilo musical.
De más está decir el revuelo que esto causó,
con diversas opiniones a favor y en contra. Muchos pastores lamentaron esta
decisión e hicieron hincapié en la urgencia de la enseñanza correcta de la
Palabra de Dios para evitar situaciones similares, además de pedir oración por
él.
Entre las muchas
reacciones, para mí destaca el comentario que hizo el vocalista de la banda
Skillet John Cooper a través de Facebook. En él expone su criterio sobre esta
situación, a la vez que hace una importante exhortación. Les dejo unos
fragmentos para que lean y mediten:
Está bien, lo
digo. Porque es demasiado importante no
hacerlo. ¿Qué está pasando en el
cristianismo? Más y más de nuestros
líderes o personas influyentes que alguna vez fueron "rostros" de la
fe están cayendo. Y al mismo tiempo
están siendo muy vocales y audaces al respecto.
Sorprendentemente, todavía quieren influir en otros (¿con qué
propósito?) cuando anuncian que están dejando la fe.
En primer lugar, nunca
juzgo a personas ajenas a mi fe. Incluso
si odian la religión o el cristianismo.
Ese no es mi lugar y tengo muchos amigos que no están de acuerdo con mi
religión y eso está 100% bien para mí.
Sin embargo, cuando se trata de personas dentro de mi fe, debe haber una
medida de lealtad, amistad y responsabilidad hacia los demás y hacia la Palabra
de Dios. Mi conclusión para la iglesia
(todos nosotros cristianos): Debemos DEJAR de convertir a los líderes de
adoración y líderes de pensamiento o personas influyentes o personas geniales o
"relevantes" en personas más las influyentes de la cristiandad. (¡Y sí, eso incluye a personas como yo!) !)
He estado diciendo durante 20 años (y probablemente me pareció bastante crítico
para algunos de mis compañeros) que estamos en un lugar peligroso cuando la
iglesia está mirando a cantantes de adoración de 20 años como nuestro fuente de verdad. Ahora tenemos una cultura de iglesia que
aprende quién es Dios cantando canciones modernas de alabanza en lugar de las
enseñanzas de la Palabra
Es hora de que la
iglesia redescubra la preeminencia de la Palabra. Y valorar la enseñanza de la Palabra. Necesitamos valorar la verdad sobre el
sentimiento. Verdad sobre emoción. Y lo
que estamos viendo ahora es el resultado de que la iglesia levantó personas
influyentes que no valoraban supremamente la verdad y que han liderado una
generación que tampoco cree en la supremacía de la verdad. Y ahora esos líderes repudiados siguen
liderando con orgullo e influyendo con valentía LEJOS de la verdad.
Hermanos y hermanas en
la fe de todo el mundo, pastores, maestros, líderes de adoración, personas
influyentes... les imploro, por favor, en su búsqueda de relevancia para el
evangelio, NO encontremos formas creativas de moldear la palabra de Dios a la
imagen de nuestra cultura sofocando verdades inconvenientes. Antes bien, aferrémonos aún más al ancla de
la Palabra viva de Dios. Porque Él NO
cambia. "La hierba se seca y las
flores se marchitan, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre"
(Isaías 40: 8)
John L. Cooper (Tomado
de Facebook)
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